Monday, September 15, 2008

Cuando algo acaba, y cuando algo comienza.

Cuando llegamos a casa, hacía como 20 minutos que el amor se nos había caído del coche en marcha, y rodando y rodando lo fuimos dejando atrás hasta que; fuera del campo visual, y sin que ninguno de los dos se enterase, exhaló su último suspiro. Caminamos juntos, pero guardando una distancia prudencial y dolorosa. En otras ocasiones, le habría secado las lágrimas, le habría apretado contra el pecho y habría llorado yo también. Luego, me secaría los ojos con el envés de la mano, y habría huido, alejando me del cadáver de sus sentimientos moribundos. Pero en esta ocasión me quedé, hablamos como viejos amigos a los que se le iba la pasión de entre los labios, y nos fuimos a la cama a pasear nuestros respectivos insomnios a lo largo y lo ancho de la almohada.

Sin dudas, fue la noche más larga de mi registro de noches largas y de insomnios.

A la mañana siguiente, nos marchamos cada cual por nuestro lado, cada uno con su procesión a cuestas.

2 comments:

GaviotaZalas said...

HAY DOLOR EN LO Q DEJAS ,,ESTÁS SEGURO Q LAS HAS DEJADO DE AMAR??? Existe un momento de vacio que puede traer confusiones cuando se va el amor, la inspiración parte junto y tú estás aqui a todavia lamentandote.... CORRE POR TU CHICA,,,,saluti

JULIO said...

Gracias Gaviota. No obstante, hay momentos en la vida en que hay que saber parar, porque el impulso es más visceral y menos responsable. Hay que parar, buscar un retiro y reflexionar. No se tomó Roma en un día, dicen, ni 8 años de relación se arreglan en un segundo.